domingo, 24 de julio de 2011

Escritos de Mar N° 12: LA DISTANCIA ENTRE LOS DOS… (Post – 65)


La distancia entre los dos… casualidad o cortesía. Interés. Ganas de volverte a ver. Pase toda la tarde pensando en ti, pase la tarde escuchando canciones en español, en ingles… me la pase cantándolas con la ciega convicción de que hablaban de mi, de la historia de los dos, las canté a todo lo que doy con la ciega convicción de que podrías escuchar mi voz donde quiera que estés. Pase la noche escribiendo para ti. Pase la noche tomando algún licor, unas copas de vino, alguna botella de ron. Pase la noche escribiendo a la nada… fumando tu distancia en mi balcón.

La distancia entre los dos se siente menos cuando no estas, cuando no estoy. Cuando todo lo que hago me absorbe, cuando me mantiene ocupado. Cuando tengo muchos trabajos no te puedo extrañar, cuando no llego a mi no te puedo extrañar. Con que facilidad se desvanece todo ello cuando te veo… cuando te tengo frente a mi me doy cuenta lo mucho que te extraño… ¿Porqué? He logrado ser una persona feliz, me agrada estar conmigo mismo, me gustan mis sueños, lo ilógico que es tenerlos tan cerca. En mi vida he aprendido a tener motivos para ser feliz estando solo y cuando llego a ellos no te puedo extrañar. Pero pienso en ti… y desearía que fueras como yo, que encontraras razones para ser feliz en tu propia soledad. Paradójicamente gracias a eso sé que no dependo de ti y que cuando estoy contigo es porque creo que mi vida es excelente pero que a tu lado podría volverse mucho mejor.


La distancia entre los dos va siempre conmigo, es uno de mis motivos para ser feliz, para estar más seguro, para sentirme más vivo. Hace mucho que abandoné la pasión de la tristeza por sentir… vale, me agrada que regrese de cuando en cuando, para mi se ha vuelto un cálido frio que da paz. Algo inverosímil lo sé, pero en este punto seguro ya has notado que yo no vivo cosas normales.


La distancia entre los dos es sin duda una emoción distinta, en mis tardes caminando por los parques, en mis reuniones de trabajo, en mi ceremonia de graduación, en mis viajes a parís deseé y desearé una emoción así. Soy muy diferente a mi mismo la mayor parte del tiempo, no creo que el amor sea uno solo tal vez es un caleidoscopio mas impresionante que la amistad y muy a mi pesar tal vez esas ideas me alejen de los demás, y de ti. No hay nada que quiera hacer al respecto, no creo que haya nada malo. Soy muy idealista y testarudo, por lo tanto nunca podre renunciar a los sueños que tuve cuando niño, cuando joven y por momentos me pesa saber que en alguno de ellos no estas tu ni nadie…


La distancia entre los dos es lo que pude ser, lo que te pude decir y no dije, lo que pude hacer y me contuve (al igual que tu). La distancia entre los dos es todo aquello que hubiera podido ser y no fue y de lo que no importa reprocharse, porque no se puede lamentar un supuesto, porque es idiota lamentar una teoría. Entristecerse porque las cosas ya no son como eran, cuando en realidad nunca lo han sido (¿No lo sabias? Los ríos nunca llevan la misma agua.) Tratar de revivir viejos sentimientos solo para sentirse más seguro, por qué habría de reparar el corazón con cenizas…


La distancia entre los dos es nuestra historia sea un saludo, una sola platica, un beso o algo más. Es lo que viví contigo, lo mucho que te recuerdo, lo importante que eres para mi, las ganas de no querer perder, mis ansias de buscarte, de continuar cerca a ti aunque estés lejos… porque me haces bien, porque tengo una forma de amor que es solo para ti, porque quiero ayudarte a descubrir una nueva forma de amor que sea solo para mi, una nueva manera de sentir… la distancia entre los dos.

lunes, 11 de julio de 2011

Escritos de Fuego N° 12: PARA DORMIR CONTIGO… (post - 64)




Hay un ligero aire que se cuela entre las sabanas. Danzando, se entromete entre los pliegues del cobertor rasguñando con su helado nimbito mi hombro. Siempre he sido un hombre de sueños ligeros y ante ese descuido me despierto. Tímidamente restriego mi mano sobre mi piel y siento su sequedad, siento frio y con los ojos entreabiertos me cubro nuevamente el cuerpo. Con los ojos entreabiertos veo que estas aún más destapada que yo – Quedamente murmullo – “De seguro has de estar helada y tu ni te mueves…” – Pienso somnoliento – “Además de los ronquidos al parecer también tienes el sueño más pesado que yo…”



Inevitablemente aclaro mis ojos, mi mirada perezosa se detiene en tu cuerpo. En tu desnudez. Eres tan avergonzada cuando quiero contemplar tu cuerpo desnudo que estar mirándote así ahora me parece algo prohibido. Sonrío. Sonrío y recuerdo que hace solo unas horas nos hacíamos el amor como locos. Tú me excitas mucho. A pesar de tener sueño, de estar cansado y de ya haber estado contigo esta noche aún quiero seguir haciéndote el amor. Pero sería complicado (¿injusto?) despertarte ahora solo para satisfacer mis ganas, sobretodo cuando te ves tan hermosa así dormida. Lentamente me acerco a ti, te doy un suave beso en la mejilla y subo las sabanas de nuevo desde tu cintura hasta tus hombros… No quiero que te resfríes. Ya ves, y tú que crees que no te amo, que solo estoy contigo porque eres increíblemente atractiva, si pudieras verme ahora…



Luego de dar una última espiada a tus piernas, tu sexo, tu cintura, tus senos y tu espalda me acurruco frente a ti, te escucho respirar (roncar) te veo el cabello desarreglado y el rostro sin maquillaje; veo tus lunares, las manchas pequeñas y rojizas de tu piel, tus arrugas incipientes. Cuando estás dormida observo todo lo que en ti considerarías imperfecto, lo observo todo y creo, pienso y siento… que eres hermosa.


No puedo resistir. Voluntariamente claudico ante el aroma de tu cuello, abdico en la calidez de tu espalda, me rindo ante lo sublime maravilloso de tus senos. Te abrazo… amenazando tus ojos cerrados. Me pego a ti… incitando tu despertar.



Que misteriosa es la naturaleza humana, la pasión de sus cuerpos, el suave caudal de su amor que nos lleva siempre por el mismo camino, nos encierra, nos ahoga, nos eterniza. No sé si seguías dormida, si despertaste por un instante, si tu cuerpo realizo lo que soñabas, si solo fue un reflejo… pero te toqué, te toqué y al hacerlo tu volteaste hacia mí y me abrazaste el pecho, con tus piernas entrelazaste las mías encajando tu rostro perfectamente entre mi hombro y mi mejilla.



Llegaste a mí. Te abracé delicadamente y me quede contemplando el vacio, buscando en su inmensidad lo que busco, lo que puedo ser… sin necesitar respuestas me quede dormido… Sé que no te lo he dicho, pero… Te amo por la inmensa paz de ese momento.



“Para dormir contigo, para sentir tu calor, para amarte más debo primero ser feliz conmigo mismo, conocer lo mejor antes de adorar lo extraordinario…”. Bonita, espero que en la mañana todavía sigas aferrada a mí… para dormir contigo hasta que llegue la tarde…



Nota a pie de pagina: Que bueno es dormir toda la tarde...



domingo, 3 de julio de 2011

Escritos de Viento Nº 14: ¿Voy siempre tan dormido…? (Post – 63)

Soy como un niño alejado de sus juguetes, estos meses, se podría decir que he vivido alejado de todo lo que era yo. Mas que de las personas que conocía, de los lugares que frecuentaba o de las cosas que hacia; permanecí alejado de mi forma de tratarlas.


No se quizá perdí las ganas de ser yo, perdí las ganas de ganar de la manera en que lo hacia. Quizá la felicidad enluta mis palabras (Como ya suponía). De todos modos estos días caí a tierra.

Salí expedido de mi propia nave de forma natural, sin averías, sin escapes de emergencia. Fuera de mi propio universo he de decir que la atmósfera impacta, que sentirse dentro de ella impresiona más que el solo apreciarla. La gravedad se siente más pesada que en los libros y el aire es más liviano, más dulce y más refrescante de lo que había pretendido. Más buenas que malas razonas para seguir adelante.

Nunca he sido yo mismo siempre ni en mis interminables cavilaciones por el espacio de mis dudas, ni en la estrecha, luminosa e interminable vía Láctea de mis sueños. La idea de un solo yo siempre me molesta (Como aquellas estrellas que en mis viajes siempre golpean mi cabeza) me agrada más desdoblar mi personalidad, algunos momentos ser de una manera y en otros, otra. Me resulta(o) mucho más interesante. Sin embargo, mis juegos de niño se han apoderado de mi y ahora son parte de lo que soy. No creo que este bien, sé que será muy difícil llevar bien cualquier relación conmigo… pero eso es lo que me agrada, esa dificultad… lo prefiero así. Me agrada y me gusta mucho ser así… aunque al final me lastime, aunque al final lastime.

“Yo tengo la culpa”... En el fondo siempre me ha parecido más fácil que echarle la culpa a otro ¿Será por qué así puedo decir?: Yo soy de esta manera y no hay nada que pueda o quisiera hacer en contra de ello”. No, a decir verdad, ese nunca ha sido mi estilo. Es solo que a veces para algunas cosas soy muy vago aunque nunca sepa cual ni por cuanto tiempo…

No soy de fiar. Soy carismático, influyente, conversador y atrayente solo cuando me nace serlo. Soy callado, impreciso y desganado porque me encanta serlo. Soy terco y obstinado cuando no consigo lo que quiero (Lo bueno es que eso no sucede todo el tiempo). Cuando pienso en el pasado, cuando estoy triste o melancólico soy romántico. Soy como un niño… travieso, ocurrente y emocionado cuando estoy feliz.

Un niño con ganas de abrazar, de jugar, de besar. Con ganas de tomar tu mano y cruzar la calle contigo.

No soy confiable. No tengo una conducta estable para cada situación, no tengo idea de cómo reaccionare, no me importa averiguarlo tampoco, me sabotearía a mi mismo. Mientras doy mis primeros pasos esta realidad me parece desconocida, temeroso creo ver lo que me fascina pintado en el camino, todo me parece lejanamente familiar, tal vez este viendo el escenario de un sueño que tuve alguna vez. El verdor de los campos, lo celeste-blanquecino del cielo, la sensación del agua en mis manos; las memorias de un firmamento mezclado se combinan con las imágenes a mi alrededor y miles de ideas vuelan por mi mente haciéndome pensar y preguntarme… ¿Voy siempre tan dormido? ¿Por qué todo me resulta tan familiar y tan desconocido? Tal vez en las noches, antes de dormir, cerraba los ojos contemplando al mundo que deje abajo. El espacio es un buen manto, unas buenas sabanas, pero nada más. Sus talentos solo pueden opacar mi mirada.

Las emociones que tuve en esa nave fueron tan intensas, tras la luna todo era tan vivido, es difícil creer que ahora lo son más. No soy seguro, no tengo un solo momento de paz, tengo demasiados. Tengo muchas sensaciones de felicidad, pero aún busco más. Tengo tantos preciados sentimientos, pero soy egoísta… “Quiero tenerlo todo”. Soy alucinado… “Quiero hacerlo todo”. Soy un adolescente aprendiendo a ser adulto… “Aun no sé muy bien cómo hacerlo”. Soy un niño aprendiendo a entender que lo que todo adulto quiere es volver a ser niño… y yo tan solo ahora me pregunto ¿Dónde estarán mis juguetes…?


Nota a pie de página: Hay tanto de que hablar... y hay tanto tiempo...