jueves, 22 de abril de 2010

Escritos de fuego N° 6: THE MAN ON THE SIDE (post – 35)

Seis números, tres más por marcar
Antes de estar ante ti
Intente llamar… pero estuve ocupado toda la noche
Trate de liberarme… pero me quede dormido esperando el amanecer.

Perdóneme señorita “siempre-ocupada”
¿Podría anotarme en su agenda cuando quiera… a la hora que sea?
Porque ambos sabemos que la peor parte de esto
Es que yo estaré allí donde ud. me quiera, cuando ud. me quiera, cuando me quieras.

Soy el hombre de al lado
Aquel que espera a que aclares tus ideas
Soy aquel que se tragaría su orgullo
En una vida como el hombre de al lado.

Uno de muchos… uno de los pocos
Que te apoya y que espera por ti.

Así que perdóneme señorita “siempre-ocupada”
¿Podría anotarme en su agenda solo por esta vez?
Porque ambos sabemos que la peor parte de esto
Es que yo estaré dispuesto a ir a donde ud. me llame, cuando ud. me llame, cuando me ames.

Yo soy el hombre de al lado
Aquel que espera a que no confundas más tus dudas
Soy aquel que se tragaría su propio orgullo
Para vivir una vida como el hombre de al lado.

Yo sé que estoy enamorado de un sueño que construí a partir de ti
El sueño de una reina
Pero tomaré el único consejo que daré para mí esta noche
Así que buena suerte… para ti y para el rey.

Pero perdóneme por última vez señorita “siempre-ocupada”
¿Podría anotarme en su agenda alguna vez?
Tu y yo sabemos que la peor parte de todo esto
Es que yo siempre estaré libre para estar donde tú me necesites, como tú lo desees, cuando tú me quieras… si llegarás a quererme.

Yo soy el hombre de al lado
Aquel que espera a que te decidas
Soy aquel que se tragará su propio orgullo
Para vivir como el hombre
Al que solo tú no entenderás
Aquel que va viviendo como un hombre, el hombre de al lado.

Nota a pie de página 1: No podía dejar de escribir esto.
Nota a pie de página 2: La siguiente es la semana de flojera asim que no hay post pero podrían rebuscar por ahi uno de los anteriores (¿una pequeña sugerencia no?)

jueves, 15 de abril de 2010

Escritos de Viento N° 8: DE OVEJAS, CUYES Y GUAMAZOS (post – 34)

Ayer fue un mal día, mi sueño y sus intentos fueron frustrados en varias ocasiones por una extraña incomodidad a mi propia cama. Durante toda la noche mis ojos hicieron huelga. Jodidos e intranquilos por una sensación desconocida. Un desvelo que acribilla mis ganas de dormir, una de las pocas cosas que encuentro placenteras. El día anterior hice un poco de ejercicio y grabe unas cuantas canciones y dormí con tal descaro y placer como solo un oso perezoso o un borracho podría hacerlo, pero ayer no pude conciliar mis sueños. Ya intuía que eso no traería nada bueno.

En la mañana solo esperaba el pistolazo de mi despertador para levantarme de la cama, más despierto ya que un cafetero estaba cansado de que ninguna de mis ovejas pudiera saltar la cerca de lo gordas que estaban (a quien se le habrá ocurrido que contar borregos da sueño) al final uno de mis corderos se encabronó y arremetió contra la barricada de madera cual carnero enfurecido pero como no lo es lo único que logro fue estampar los sesos contra las vigas y cambiarle el color de un blanco onírico a un rojo “oveja estúpida” y claro igual yo no pude dormir. Cansado ya de la situación me calce el boxer a la cintura y camine a talonadas hacia mi computadora, la encendí y me dispuse a terminar un trabajo que debía presentar ese mismo día. Que iluso, que ingenuo, nada como un poco de responsabilidad para activar mi flojera natural, antes de los 10 minutos ya estaba dándome de cabezazos contra la pantalla. Doncellescamente me dormí, por fin, quien dice que las tareas no sirven para algo.

No, error, no debí dormir tanto. Desperté largo rato después, con medio teclado impreso en la cara, un millón de letras sin sentido en la pantalla y con un trabajo que ni siquiera había empezado. Corro. Tecleo tan rápido que le voy borrando las letras a los botones, termino a lo justo, guardo todo en mi usb. Salto hacia la ducha, me baño todo el cuerpo con solo 3 gotas de agua, jabón y shampoo, me pongo la primera ropa que alcanzo. Salgo corriendo del dpa, tengo 20 minutos para lograrlo, la adrenalina activa mi ánimo ¡Vamos! ¡Si la hacemos! ¡A la mier…! Dan las 9:10 a.m. en Guardia Civil y el tráfico es un diablo que junta a todos sus angustiosos pecadores bajo la sombra de un calor que no se mueve y un semáforo que no cambia. Aramburu no es distinto y mis 20 se hacen 5 cuando llego a la impresora. Mis 16 hojas dicen que no lo lograré, mi humanidad les dice que es posible, un Mouse atolondrado y colgadizo se burla de mi predicamento, pero aún así termino a 1 minuto y no puedo nada más que meterme un pique de proporciones épicas ¡Aún puedo! Me arengo un segundo antes de iniciar mi carrera cuando un escalofrió me recorre del espinazo hasta mi envalentonado cerebro. No tengo mi pase. Palpo mis bolsillos, me ausculto con más fervor que un perro de aduanas, pero no logro encontrarlo.

No esta ¡Me lleva! No puedo entrar a la U, todo fue inútil, el timbre de inicio de clases suena a una larga risotada que se mofa de mi olímpica derrota, que tonto, en mi apuro olvide mi tarjetero, bueno trato de relajarme, no he tomado desayuno así que algo de comer parece un buen premio consuelo. Pero no tengo dinero. No tengo mi vuelto o la chica de las copias no me lo dio, igual junto un esforzado sol y compro una gaseosa helada (no diré la marca por que no me auspician para decirlo, pero supo muy bien…) “Ya que” la destapo y el gas se vuelve espuma y se escapa por la boquilla manchándome las manos “Ah, no puede ser” trato de vengarme con un sorbo encrespado y termino atragantándome y tosiendo todo el camino ¡Me estoy yendo al carajo! Hoy es un mal día, preocupado comienzo a buscar por las esquinas algún cuy despistado que me pueda ayudar, un cuy que pase por ahí y al que no le importe darme una frotadita. Pero no hay ninguno. Convencido y abatido murmuro “Vuelve el perro arrepentido, con su mirada tan triste, con el hocico partido, con el rabo entre las piernas…"

Hoy trato de ser más precavido, preparo todo, despierto temprano, me lavo y me cambio con apuro. Salgo a tiempo, examino el tráfico y los carros “lo mejor será tomar una combi” necesito la precisión de una combi asesina para llegar a mi destino. Cazo una, voy al abordaje y me atrinchero en uno de sus asientos mientras avanza, pero el chofer es un viejito, un abuelito con pinta de bonachón ¡Ya me fui al carajo! Pienso, pero no. El abuelo acelera, esquiva, frena y menta la madre a los demás carros con una maestría tal que me hace sentir orgulloso, una señora se queja, el abuelo sonríe ¡no le hagas caso abuelo!-Murmuro-¡Tu pisa no más! Frente a mi una chica acostumbrada al trajín (supongo) se queda dormida apoyando la cabeza a la varilla de fierro del asiento. El abuelo zigzaguea y ella rebota la nuca contra la barra ¡Ouh que tal golpe! Pienso pero ella aguanta estoicamente el trancazo y sigue dormida. Un bache, una frenada, un pasajero y ella sigue dándose de azotes contra el respaldar y yo dudo "¿Se habrá desmayado ya de tanto cachiporrazo?" indeciso pongo las manos bajo la varilla para evitar que se siga dando de guamazos contra el metal, no puedo impedir los bastonazos pero por lo menos ya no son tan intensos. Al rato se despierta como si nada y baja con normalidad, yo dudo de su coordinación motora “Así comienzan los tumores” concluyo mientras bajo también. Siendo hoy, aún, subo al quinto piso pensando en que debería escribir para este post y acierto… quizá lo de hoy y ayer sea un buen tema. Pienso ¿porque no?
Nota a pie de página: Se malogro mi Mp3 asi que perdonen si los videos no cuadran mucho con las historias. ¿Alguien tiene un cuy en casa?

viernes, 9 de abril de 2010

Escritos de Mar N° 6: LOVE SONG FOR NO ONE (POST-33)

(UNA CANCIÓN DE AMOR PARA NADIE... )

Lima “la gris” es una ciudad en la que difícilmente te puedes concentrar, necesitas empeño y costumbre y si vives en un Dpa en la Av. Canadá requiere cierta maestría llegar a hacer cosas importantes como escribir un post, pensar en alguien o hacer una canción y aunque todos lleven algo similar las formas de silencio y los sonidos de empatía son distintos. Pero ahí estaba yo, a mitad de una canción que me había seducido a crearla, una linda canción de amor que no sé a quien dedicar. En esos menesteres me hallaba perdido cuando de la nada escuché el ringtone de mi inoportuno celular. Era Gatito que quería verme terminando sus clases y yo que me encontraba en medio de una canción, ensalzado ya con la melodía y con parte de la letra en la cabeza acepté verla porque ella es Gatito y para mi ella es como la hermana menor que algunas veces quisiera tener.

La ducha calentó mi cuerpo más de lo que debió refrescarlo “cosas del verano” me dije saliendo del baño con la toalla en los hombros y el cabello algo mojado. Gatito y yo solemos encontrarnos de vez en cuando pero esta vez su tono de voz se sentía diferente, estaba triste y enojada, ya intuía que podía haber pasado así que tome el jean más próximo a mis manos y un polo a medio planchar y Salí con dirección a Salaverry esperando que aún este ahí y que mis veinte minutos de retraso no le parezcan tanto.

Bajando apresuradamente el micro con el calor del sol en la espalda recorrí las tres cuadras hacia la banca donde Gatito me esperaba. Llégo al fin algo sudado, Gatito me ve y me saluda con un medio abrazo y me pregunta cosas como ¿Cómo estas? ¿Qué tal estos días? ¿Por qué tan tarde? Todas esas preguntas para que después no se sienta tan mal de hablar toda la tarde y de que yo solo la escuche. Entiendo el gesto y respondo sin explayarme mucho diciéndole al final ¿Y dime, que pasó?

Gatito me cuenta de su enamorado, de lo bien que se llevaban, de cómo pelearon ahora, de lo mal que terminaron y de lo mucho que parece odiarlo “¿Pelearon porque se cansaron el uno del otro?” ella asiente algo enojada aún, enojada no porque quisiera vengarse sino porque aún lo quiere, yo le explico, le digo que las personas a veces se pelean, se disgustan, se hastían y pueden decirse muchas cosas pero que esta bien, esas cosas pasan lo importante es que sientes después de eso y que es lo que queda en ti cuando lo recuerdas.

Gatito parece más calmada, después de caminar entramos a una heladería y ella me dice que cuando tenga enamorada otra vez la voy a sacar de quicio y no. “La vas a volver loca siendo tan calmado, pero se enamorará más cuanto más te conozca” yo me río mientras acabo mi helado de menta “Quizá tengas razón” le digo (quizás espero que tenga razón) después de todo deje una canción a la mitad cuya melodía y letra aún tengo en la cabeza solo para asegurarme de que Gatito este bien, me pregunto ¿Qué tanto podría hacer? Seguro que no llegaría tan tarde. De pronto Gatito esconde la cabeza tras su helado tricolor que siempre me hastía “Ahí esta” me dice, yo lo veo y sé que su intento no ha servido, él la ha visto conmigo y no sabe si acercarse o irse (y yo dudo: Siempre me han parecido que los enamorados de mis amigas son feos, que desentonan con ellas, pero bueno, tal vez he visto muchas películas...) “Deberías ir” le digo a Gatito “Van a hablar tarde o temprano y si él se acerca no podrá defenderse bien conmigo aquí” ella entiende, me pide que me quede y camina hacia él mientras yo pido un jugo de fresa tarareando esa canción para no olvidarla y para sacarle más letra.

Después de un rato de discusión se calman, se abrazan y yo los observo, todo parece estar bien (espero que sea lo mejor) y luego ella viene hacia mi con esa mirada que he visto antes en ella y en otras amigas, así que le digo “Esta bien, puedes irte, no te preocupes” Gatito sonríe, me agradece con un abrazo y me repite que seré un buen enamorado frase que ya va perdiendo gracia pero igual ensayo una sonrisa atolondrada y mientras ellos se van de la cintura conversando yo me quedo ahí, con un jugo a medio tomar, un helado de un sabor que no me gusta, una última frase que retumba en mis oídos y tarareando esa canción que ya no puedo contener. Pienso “Ummm, que tan resistente será esta servilleta” "Que tanto se demorará el carro".

Veinte minutos han pasado, veinte minutos de retraso y yo aún estoy en Salaverry con un lapicero cualquiera y una servilleta en las manos, con un pensamiento prestado y una sensación de promesa, con una imagen que invade mi mente y con el sol a media tarde preguntandome que hago ahi... comienzo a escribir, a escribir una canción de amor, una canción de amor para nadie...

Nota a pie de página 1: Si. Esta es una de aquellas cosas tristes que te hacen sonreir y que la mayoria de personas no logra entender ni encontrar su felicidad.

Nota a pie de página 2: Ahora si regresamos a los post cada jueves.

martes, 6 de abril de 2010

Escritos de Viento N° 7: 21 / 89 (post – 32)

(24 DE MARZO)


A pesar de lo que amerita para la mayoría de personas y de todas las licencias que se pueden tomar y comprender nunca me ha gustado tomarme más atribuciones de las que debería o quisiera para este día, no lo sé. Así como hoy no me apetece una prosa enfática y trajinada ni tampoco parecer uno de esos burgueses literatos de los que se sobran por ahí, hoy voy a escribir hablando. Para ser más sencillo, para ir más a pie, como todos, los que vamos caminando y en combi.

24 de Marzo del 2010, un miércoles como otros en los que me despierto con ganas de seguir durmiendo, tomar un buen desayuno o bañarme con agua fría, ligeras peticiones que la universidad, la prisa y el calor se encargar de terminar. Ese día me levanto con sueño y algo de joda, voy pensando en lavarme, cambiarme y ordenar algo el dpa antes de irme a la U si no fuera porque un repentino saludo me recuerda que es mi cumpleaños, no es que no lo recordara días antes es solo que en ese momento no era importante, nunca me ha preocupado tanto, no soy de los que esperan con ansias, no me provoca o quizá no me han incentivado lo suficiente, en fin, el día parece bien.

Salgo del dpa. y veo que Lima sigue igual, la avenida esta tan ruidosa, calurosa y congestionada como todas las mañanas, cruzo y subo a un carro, bajo y subo a otro, los hombres en los asientos leen sus periódicos, se callan y miran por las ventanas como usualmente suelen hacerlo, las mujeres conversan, se ríen y se maquillan en los micros con la misma destreza femenina con la que solo ellas pueden hacerlo, y yo, recostado en el espaldar de mi asiento escucho algo de música mientras muevo agitadamente mis audífonos ya echados a perder intentando recuperar su doble sonido. A cinco minutos antes de cerrarse la puerta entro a la U con el compás de siempre, llego tranquilo y me siento sin saludar a nadie, no soy sobrado es solo que ya estoy acostumbrado a hacerlo y no me gusta interrumpir conversaciones. No espero muchos saludos allí no soy de los que proclama sus fechas importantes esperando algo de reconocimiento, me entretiene más saber después quien se tomo la molestia de averiguarlas así que ese día recibo de 3 a 5 saludos me parece luego muy curioso (sin saber que tan malo o que tan bueno) que dos chicas se hayan pasado la voz para acordarse de mi cumpleaños y al final las dos terminaron olvidándolo, es gracioso pienso, una de tantas cosas que cruzan por mi mente cuando al terminar las clases me apodero por un rato de un lado de la baranda en los pasadizos del cuarto piso, 21 años son muchos en realidad aunque parezcan muy pocos cuando me ves o cuando escribo.

Cuando era niño era muy impulsivo, muy ansioso, engreído y torpe. Ahora no muchas cosas han cambiado sigo siendo impulsivo pero solo cuando dejo de estar calmado, ya no soy tan engreído aunque no me gusta estar rodeado de gente estúpida y soy algo atolondrado porque me gusta serlo, además soy olvidadizo aunque no de cosas importantes, soy un perdedor de objetos importantes por excelencia porque no suelen importarme tanto. Solo considero dos objetos en mi vida, mi guitarra y mis cuadernos (obviamente no académicos) he abrazado sinceramente solo dos veces, me vislumbro fácilmente pero me enamoro muy difícil así que no tengo otra enamorada aún porque soy demasiado orgulloso como para estar con una chica sin quererla, me gusta permanecer callado por cansancio a las palabras, creen que soy más sociable o gilero de lo que en realidad soy, pocas veces duermo bien, no quiero a las personas más de lo que quisiera unos audífonos que nunca se malograran, me bastaría mi vida si conociera a unas cuantas personas que pudiera llamar amigos, si tocara o presentara un libro en algún bar de Barranco cada fin de semana, si conociera a alguna chica que sepa que la amo aunque algunos días quisiera cambiarla por cualquiera y en esos mismos regresaría para besarle la frente antes de irnos a dormir. Me bastaría mi vida si recibiera algún buen regalo en este día, me bastaría mi vida si fuera un mediocre, pero ninguno de estos 21 años lo he sido y no me apetece cambiar ahora ¿Para qué? Um… este día estuvo bien ¿no crees?
Nota a pie de página: Como este post esta retarde (que habre hecho todo el fin de semana) el post de estos dias pasará de jueves a viernes para darle algo de respiro al blog.