martes, 27 de marzo de 2012

Escritos de Ensoñacion N° 14: Y en tus vestidos... (Post - 79)

Coge una manera dulce de mirar, tira un par de mis papeles tristes al suelo, salta hacia mí sin la menor intención de saltar de regreso y en alguno de esos momentos me veras con una expresión de claridad. Cómo puedes ser tan niña, cómo puedes aceptar mi seriedad y volverla tu alegría. Cómo puede enamorarme tanto tu manera de jugar.


Camina por el parque junto a mí, golpea tu cadera con la mía intentando sacarme del camino. Consíguelo. Búrlate de mí y vuélveme a mirar. Fija sobre mí esos ojos que siempre extrañaré. No me prestes atención, digo tantas cosas que no entiendes, dices tantas cosas que no me preocupan. Cómprame un helado sin que te lo pida, hazme sentir mal por ello. Cómo puedes ser niña tan niña, como puedes usar esos vestidos sin que te queden mal. Te quedan genial. Más que la apariencia creo que te gusta el viento, el viento sin malicia que acaricia tus rodillas, que sopla por tu cuerpo y suspira en tus mejillas. Toma estas, mis pocas ganas de hablar y conviértelas en rimas (como ahora). Respóndeme ahora ¿Qué tan difícil puede ser colarme en tus vestidos cuando no me ves? ¿Qué tan loco es sentir celos del aire?


Pelea conmigo. Si lo vas a hacer grítame que tienes razón aun cuando ambos sabemos que no. Enfádate conmigo, hazme unos pucheros. Nunca he sido un buscapleitos, pero no importa que tan calmado sea tú siempre sabes hacerme enojar. Confróntame como lo haces. Ponte caprichosa, engreída y sin cruzar los brazos todavía déjame engreírte. Recuéstate en mí. Tomate una foto conmigo aun sabiendo lo malo que soy para las fotos. Consérvala, aunque no me guste… lo importante es estar los dos.


Diles a todos sin decirlo lo mucho que me gustas, usa esas viñetas que nunca entiendo. Lo mucho que te extraño cuando no estas se puede resumir en una de ellas. Di que te encanta cuando digo lo mucho que te quiero con palabras sencillas. Di lo poco que te importa lo mucho que me esfuerzo cuando lo trato de decir con frases complejas que simplemente no te gustan. Luego de hacerme saber lo diferentes que somos me besas, me tomas de la mano con algo de inocencia, de hipocresía a la vida. Lo que hay que saber no lo sé contigo. Pero lo puedo sentir.


Domina con tus muecas mi indomable buen humor, háblame de la vida con tu voz de niña, muéstrame la madurez que hay detrás de esos vestidos de colores. Sé más seria, formal, impávida como cuando me preguntas que te queda mejor, como cuando no crees en el juicio que te doy. Sé nada de lo que antes dije, quien sería yo si tratara de cambiarte y para empezar ¿Por qué lo haría?


Si fuera un buen hombre con un buen corazón doblaría mis camisas contigo, tendería la cama, te haría el desayuno. Si fueras una buena mujer cocerías mis botones y no solo los harías volar, cocinarías de vez en cuando y no solo me darías órdenes de cómo hacerlo. Si fuéramos así mis lapiceros nunca perderían su tinta y tus vestidos nunca hubieran salido de la tienda. Que aburrida sería la vida si tu no fueras niña y yo no fuera lo que soy. Dicho sea de paso ¿Sabes quién soy?


Un día tú y un día yo. En tu maldad y en tu sonrisa soy aquel que las cree no siempre tan fingidas, tan indefensas. En tus rabietas soy la almohada de tus golpes. Soy en tus antojos lo que no puedes conseguir, tus dudas en el rumbo de la noche… La danza en tus vestidos, la tierra que mueve tu baile. De alguna manera tú y yo nos vemos bien, nos llevamos mejor. De todo lo que dije antes creo que eso es lo importante.


Nota a pie de página: My shadow days are over now...