lunes, 31 de diciembre de 2012

Escritos de Ensoñación N° 17: "EN LA AVENIDA DEL CAFÉ Y LAS COPAS..." (Post - 89)

PARTE 1

PARTE 2

Hay un pacto sin firmar,  una carta en blanco con un sello carmesí en forma de labios. La promesa de quienes no hacen cosas normales, de quienes buscan un solo momento, un solo motivo aunque pequeño para cambiarlo todo. Si yo fuera diferente… Si tú creyeras que no todo cambio es malo, tal vez no tomaríamos taxis separados. Nuestra vida sería otra… Pero, felicidad por felicidad ¿Quién lo haría? En la avenida del café y las copas nos preguntamos sin palabras si el amor no se equivoca aunque sea real.


Cuando haya un cielo completamente azul tan inmenso que cubra mis ojos con su manto, cuando las arenas de otro mar llenen de un tibio frio la timidez de tus tobillos en una tarde caída de abril, cuando acabe mis hojas y la tinta me sea escasa, cuando hayas pintado ya todos los colores con los que siempre soñaste. Pienso, que solo en esos bocetos podremos encontrar nuestra respuesta y en ese instante cuando el cielo me deje ciego y la vida me envejezca, cuando conocer el mundo te deje ignorante de ti misma y la paleta haya incluido por ti un nuevo color… En ese destello abriremos un poco más los ojos. Arqueando las cejas finalmente desataremos el nudo en la garganta de la duda y como cada noche de lunes a lo largo de este año, me temo que esa claridad terminará con el mismo gesto con el que ambos regresamos  a casa y que para ese día ya habremos olvidado.

Tú, te humedecerás los labios mientras te encoges de hombros...Y yo, tendré un intenso hormigueo en las manos y un ligero tic que se agolpará en mi mejilla en donde debería caer una lágrima… ésa que no mostré por miedo a tu ausencia y por cariño a tu felicidad…  

Nota a pie de página: Termiado... quisiera.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Escritos de Tierra N° 16: UN VIEJO FRAGMENTO (Post - 88)


“Hay algo que nunca debes hacer, después de eso todo puede estar permitido”. Es una regla muy sencilla para mí. Mi padre solía decirla todo el tiempo. “Debes tener cuidado, si no vives tu vida adecuadamente terminarás siendo la vaga inspiración para algún tonto escritor de mediano calibre como yo y créeme hijo que no hay nada más jodido en este mundo que ser la gran historia de una persona que nunca llegó a serlo.” No podría asegurar que ahora a mis 23 años entienda por completo el significado de esas palabras así como tampoco entendí la necesidad de decírmelas desde los 10. Supongo que mi padre siempre fue una de esas personas a las que les gusta hablar a media espuela  dejando lo más importante de la vida en el tintero para ver si alguien se anima a preguntar o a descubrirlo. Desafortunadamente para mi gracias a eso sé que me he vuelto una persona muy (demasiado) curiosa.

Ahora bien ¿Qué significaba lo adecuado para él, que lo es todo? Estamos hablando de una persona que no me regañaba cuando llegaba a las 3 de la madrugada a la casa pero que podía castigarme una semana entera cuando no ayudaba a mi hermana con la tarea. “No me importa que quieras destruirte a ti mismo privándote del sueño o tomando demás – decía -  después de todo es parte de tu adolescencia. Pero ayudar a la familia o a los demás en problemas es parte de ser hombre y esas faltas si no te las voy a pasar…” – Bah, menudo tío el que había resultado ser mi viejo. Bastante difícil de entender. Tal vez por eso soy muy tolerante  con las personas.

En la cabecera de su cama el respaldar era como una pequeña estantería ahí había una hilera de libros que siempre tuve curiosidad de leer, mi padre nunca pareció una persona  que tuviera tal hábito y en sus conversaciones nunca le escuchaba decir “Según… o, como dijo…”. Una noche cuando tenía 9 y él no estaba cerré la puerta del cuarto con llave y me abalancé sobre los libros sin titubear. Indescifrable sorpresa. Tenía libros con menos de la mitad de páginas en blanco, escritas a mano, algunas con hojas ya muy viejas. Tenía razón sobre el hábito – me dije – mi viejo no lee, escribe. Creo que desde ese día comencé a respetarlo. Como era de esperarse cada que podía me escabullía al lado de la cama para leer sus historias, pienso que si mi viejo hubiera tenido la constancia suficiente hubiera sido un gran escritor, pero él nunca pudo terminar sus historias. Quizá el trabajo lo cansó, quizá la vida le distrajo, que sé yo, de hecho nunca fue una persona muy constante, era algo olvidadiza con la mayoría de cosas, tenía la tez de siempre estar viendo algo con un semblante de tristeza y cuando le sorprendías ensaya o hacía algo tonto para hacer parecer que estaba perdiendo el tiempo. Soñando despierto le llaman.

Lo que nunca hizo mi padre fue llorar frente a nosotros aun cuando mi madre falleció, después de eso todo nos estaba permitido. Las primeras veces que yo, Katia y Almudena preguntábamos por ella no se rehusó a contestar, cuando quisimos verla nos llevó al lugar donde estaba enterrada inclusive nos mostraba fotos y grabaciones de ella. Cuando Katia cumplió 15 y Almudena tenía 13 mi viejo les regalo unos dijes que usaba mama de cuando ella era joven ¿Cómo los consiguió? Probablemente ya tenía pensado dárselos desde que hace mucho lo que me sorprendió fue el hecho de que los haya podido guardar hasta ese momento con lo descuidado que era pero para esas cosas siempre fue un papa genial, siempre tenía la habilidad de sorprendernos.

“Sabes hijo – una de nuestras últimas conversaciones – Un hombre siempre debe proteger a los suyos y proteger lo que otras personas valoran también…”. Que les digo, mi viejo a veces tenía la facilidad de sacarse una líneas esas de película en pleno fraseo, sobre todo cuando las sentía. Los meses que no pasan en vano me dan una buena oportunidad para reunirme con él y mis hermanas. Todo irá por mi cuenta esta vez, pero esta bien, el dinero nunca es importante en estos casos ¿Me pregunto que sería bueno para comer hoy? Quizá después podamos ir al cine o sólo regresar y ver una película en casa.