Hay una canción escrita para los dos que llegara a mis oídos
antes de si quiera escuchar tu nombre. Y días después cuando me encuentre de
camino al trabajo cuando vague de camino a la universidad, la escucharé y
pensaré lo perfecto que puede ser su sonido para describirte y pensaré que
desde hace muchos años la escuchaba por ti aunque no te conocía y sabré lo
estúpido que soy y lo tonto que ya estoy por ti. Las canciones pueden decirme
el futuro, llegue a creer, pueden decirme a quien querré y como me puedo
enamorar.
Las canciones que escucho al atardecer me calman, controlar
mis irrefrenables ganas de salir huyendo de esta vida tan monótona, tan poco
mía. Por las mañanas las uso para no quedarme dormido para poder concentrarme,
para no echarle una botella de ron a mi café, hay días en los que todo me
parece un atrevimiento, una invitación a romper mi estilo de vida. Las
canciones me ayudan a desaparecer sin estar ahí… del todo perdido.
Me defino menos etéreo de lo que realmente he sido, cuando escribo no
tengo clichés no obstante en esos momentos no me gusta que me toquen y siempre
ha habido una canción en mi cabeza cuando escribo me es más fácil empozar mis
sentimientos en sonidos, aunque claro, la mayor parte del día creo firmemente
que no los tengo y que solo a través de canciones puedo vestirme con ellas. Que
solo evocando canciones puedo escribir. Claro está, eso era antes… ahora he
perdido inspiración, he perdido nostalgia pero sobre todo he perdido tiempo.
Canciones para mí siempre han sido una forma de escaparme,
de realizar lo que soñaba creyendo que durará, era mi manera de recordarte a
pesar de haber tenido muchos rostros y muchos nombres como tanto temía para mí
no hay arte si soy feliz. Y La felicidad, aunque dure lo que dura su sonido aun así sigue conmigo constante
a pesar de las canciones y por esas canciones que no me atrevo a dejar.
Hay una canción escrita para ti que hice alguna vez, un día
del que aún tengo el recuerdo como novela entre mis dedos hay canciones que yo
canto para ti en secreto. Me pregunto con reparo si cabría en ti decir lo
mismo.
Nota a pie de página: Retomando el final...