miércoles, 26 de agosto de 2009

Escritos de Tierra Nº 2: PERSIGUIENDO EN SUEÑOS (post-9)



Tenía pensado otro post para este día, otros secretos que contar, pero lo imprevisto se presentó mientras dormía tan súbitamente que no pude negarlo (no podia) no podría negar mis sueños, así como no puedo evitarlos y por qué querría si no son más que el deslucido espejo de mis propios deseos, tan distantes que se pierden tras el horizonte de la infinita nulidad y aunque sea hermoso apreciarlos estoy soñando (no lo olvido) aún dentro del sueño sé que es solo eso y que no puedo aferrarme a el, que estoy ahí solo para vivirlo como si existiera en verdad, que no domino el tiempo ni el espacio donde estoy o estaré, no controlo a quien veré, lo que me dirá ni lo que sentiré aunque tal vez lo intuya o influya prefiero no hacerlo. Yo solo reconozco cada rostro o cada voz que llegue a mí y lo acepto y me acerco. Como hoy, que te sentí en mis sueños y me acerque a ti. Aura, te soñé conmigo esta noche.

Intempestivo regresé a un lugar de mi infancia que no existe más, con un teléfono en las manos conteste una llamada antes de que sonara y eras tú, hablando a través de mis deseos, como lo dijimos aquella vez:

- "Pronto sabrás de mí… "- esbozaste
- "Ojala, eso espero… "- tontamente confesé

Pero te esperaba (de verdad) y aunque comprendí el tono de tu voz de cierta manera aún te espero (¿aún te sueño...?) como a los sueños que no se quieren evitar. Hablamos tanto y en tantas formas que me es difícil recordar palabras exactas o quizá mientras más lo pienso más lo olvido, no hay remedio a fin de cuentas es la naturaleza de todo sueño, la fugacidad que más me cautiva y me lastima. Pero tu voz seguía repicando en mí, yo te seguía oyendo y cada vez te sentía más triste, tu voz se apagaba a momentos mientras yo me repartía de un lugar a otro para tratar de escucharte, sentía que algo malo te pasaba (me pregunto si estaré equivocado) la melancolía de tu voz delineaba a cada onda la manera de hablarme por el teléfono, como una mariposa que en el frió dibuja su propia silueta tras la ventana con cada aleteo bajo la lluvia, y yo al otro lado del cuarto concibiendo tus manos, tu rostro, tu forma de vestir, en un instante creí hallarte a mi lado pero no era cierto, era solo mi tan exacta idea de ti... Aura, no podía mirarte pero en mi mente te veía, escapando por ratos y regresando en otros. Sin embargo la tierra de los sueños nos fue esquiva esta noche, su enmarcado mundo de centellos se fue haciendo cada vez más pequeño, cada vez más brillante, dejándome sin fuerzas, mas aún recuerdo lo último que te dije: “llámame, por favor, llámame, si te sientes mal, llámame…” ni aún en sueños puedo permitir que algo te lastime, aún a la distancia, aún cuando no te lo dije y aún cuando no creo que te vuelva a ver, seguiré sintiendo lo mismo y en mis sueños lo sabrás (¿será verdad?) en mis sueños te veré y me sentirás, para que ya solo en mis sueños me lastimes y ya solo en ellos pueda llorar por ti, porque todo lo que se vive en los sueños es intensidad, es fugacidad, es olvidar, es irrealidad. Etéreas e impulsivas emociones de lo que tiempo atrás fue un sentimiento...

Nota a pie de página: A pesar de algunas complicaciones que he tenido estas semanas me las he arreglado para postear como todo miercoles, yo trato de cumplir asi que uds. descuiden que el día no va a cambiar, no aún.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Escritos de Ensoñación Nº 1: THE BLOWER’S DAUGTHER (post-8)

- "Nunca te encantó alguien con quien nunca pudiste estar y que ahora parece ser el mejor de tus recuerdos, el más intenso…"

No supe que decir, aquella chica llevaba sentada conmigo más de media hora y no había dicho palabra alguna hasta ese momento. Ambos nos encontrábamos protegidos de una lluvia intempestiva en uno de esos pequeños refugios que construyen a mitad del camino. Yo andaba medio entretenido con unos escritos míos, mas no tanto como para no escuchar la dulzura humedecida de su voz y contemplar a vista de mirada una triste sensación de claridad, no callé.

- "A veces las cosas no tienen que ser para que precisamente sean recordadas, solo basta que sea importante, importante para ti… de tantas formas…"

No ocultó su agrado a mi respuesta, me gustó que no lo ocultara, sonrió tiernamente mirándome de lado, por un momento el viento llegó suavemente cálido, agitando su cabello alcanzando con dócil perfume mis orillas, no pude evitar mirarla, contemplarla, no quería nada más en ese momento y aún cuando ella dejo de hacerlo yo seguía. Su mirada se perdió en la infinidad de figuras y colores que desfilaban frente a nosotros, todos danzando para ella, sin embargo yo prefería verla. Y lentamente fue sonriendo disfrutando del viento, de la lluvia, de las luces. Tenuemente empezó a cantar una vieja canción que yo no recordaba pero si sentía. Pausadamente percibía su respiración, lo sigilosa de su melodía como si oírla fuera un secreto, un secreto que la lluvia no sabia enmudecer… y yo que tan embelesado estaba me recosté ligeramente en el respaldar de aquella banca con la memoria enmarcando el delicado movimiento de sus labios para no olvidarlo, para que no me olvide. Cobijado en la inmutable necesidad de su presencia, en la tibia apreciación de su idea y en el acariciante susurro de su aroma no consideré mayor placer, mayor gratitud ni mayor deuda que el de quedarme profundamente dormido, dormido como aquel que halla al mundo y no necesita verlo más, tan tranquilo, tan calmado que no supe cuando desperté, tan solo que lo hice…

Y todo era silencio, la conveniente lluvia había cesado. Yo aún tenia los ojos cerrados y temía abrirlos porque no escuchaba su canción, tuve miedo, tanto como se podría tener y tal vez más, me reincorporé… dudé porque no quise abrir mis ojos, no quise respirar, tan solo guarde un poco de aire para poder decir una ultima vez algo que nunca pensé, algo que fuera especial, pero en momentos como ese uno nunca puede precisar la perfección y solo dice aquello que siente y con esa promesa fue solo esto lo que pude confesar…

- "No sé en donde poner mis ojos si no es en tu cuerpo… y por eso no he de entender al mundo si no estas tú…"

Silencio… silencio de otoño fue lo que encontró mi voz, mis ojos aún cerrados percibieron al suave, cálido y dócil viento que de regreso traía mis palabras, una pequeña y seca hoja tardía rozó mis manos antes de hundirse, unas relegadas gotas de lluvia que irresonantes caían también me forzaban a moverme, a caminar, a seguir. Mas la ultima gota no cayó, se detuvo cortada por una fuerza que rompió el viento, que escapó de toda ironía y tocó grácilmente mi rostro. Finalmente con la sigilosa melodía de un susurro conocido escuché:

- "Tranquilo, abre los ojos…"



Nota a pie de página: Dentro de 3 semanas (8 de setiembre) cambiare la direccion de la pagina a la de solamenteacompañados.blogspot.com no lo olviden, espero que lo recuerden y no se confundan al ingresar (corrigiéndome otra vez)

miércoles, 5 de agosto de 2009

Escritos de fuego N° 1: IMPULSO NATURAL (post-7)



Cada ser Humano tiene un impacto sobre otro, cada persona lleva consigo la impresión de otra, el más mínimo contacto puede desatar un millón de respuestas in iguales, de reacciones diferentes… y yo no quiero ser indiferente, no lo soy… tanto. No podría negar la ternura de la vida, una corta historia, el encuentro de tu vida con la mía (a momentos) no podría negar tu atracción innata y mi impulso natural de seguirte, con la mirada, con el pensamiento, con lo que tú desees. No podría negar mi sorpresa, mi imprecisión, mi indecisión, lo estúpido que soy cuando te siento cerca, basta con abrir los ojos, caminar, voltear y allí estas. Apareces (de alguna manera siempre lo haces) descifrando el horizonte, yendo contra mi (hacia mi) sin percatarse el destino del favor que se escapa. Ambos distraídos, ambos descuidados; tú deshaciendo la monocromía pura con tus latidos y yo entintando los caminos con la osadía de unos pasos perdidos. Hasta que chocamos.

Chocamos con la mirada, con el cuerpo, con el alma; no importa, igual me siento alucinado, incendiado. Consumióse la corteza en un momento, ya no estoy ensimismado, por un instante aprecio al mundo que va de paso, su sendero, su marcha, su salida, por un instante, por un estoque inesperado, un golpe de medusa que atraviesa el corazón, un rayo de seda que me cubrió por entero… inexplicable… indomable. Tan cerca que su andar es mi respiro, tan cerca que su sonrisa es la mía, tan cerca que cuando ella se sonroja yo me quemo, yo muero… hasta verte partir, porque aunque no lo quiera es parte de la esencia, parte del momento.

Mas aún queda la calidez del encuentro en el aire, aún queda el resonante crepitar de tu belleza y mi atracción, la incandescente y la llameante discusión de quien no puede más que volver a su innegable osadía, a su intolerante destierro. Impulso natural… tan solo te he sentido dos veces en mi vida.

Nota a pie de pagina: Para ti Aura, por la grata sorpresa de volvernos a encontrar.