miércoles, 12 de agosto de 2009

Escritos de Ensoñación Nº 1: THE BLOWER’S DAUGTHER (post-8)

- "Nunca te encantó alguien con quien nunca pudiste estar y que ahora parece ser el mejor de tus recuerdos, el más intenso…"

No supe que decir, aquella chica llevaba sentada conmigo más de media hora y no había dicho palabra alguna hasta ese momento. Ambos nos encontrábamos protegidos de una lluvia intempestiva en uno de esos pequeños refugios que construyen a mitad del camino. Yo andaba medio entretenido con unos escritos míos, mas no tanto como para no escuchar la dulzura humedecida de su voz y contemplar a vista de mirada una triste sensación de claridad, no callé.

- "A veces las cosas no tienen que ser para que precisamente sean recordadas, solo basta que sea importante, importante para ti… de tantas formas…"

No ocultó su agrado a mi respuesta, me gustó que no lo ocultara, sonrió tiernamente mirándome de lado, por un momento el viento llegó suavemente cálido, agitando su cabello alcanzando con dócil perfume mis orillas, no pude evitar mirarla, contemplarla, no quería nada más en ese momento y aún cuando ella dejo de hacerlo yo seguía. Su mirada se perdió en la infinidad de figuras y colores que desfilaban frente a nosotros, todos danzando para ella, sin embargo yo prefería verla. Y lentamente fue sonriendo disfrutando del viento, de la lluvia, de las luces. Tenuemente empezó a cantar una vieja canción que yo no recordaba pero si sentía. Pausadamente percibía su respiración, lo sigilosa de su melodía como si oírla fuera un secreto, un secreto que la lluvia no sabia enmudecer… y yo que tan embelesado estaba me recosté ligeramente en el respaldar de aquella banca con la memoria enmarcando el delicado movimiento de sus labios para no olvidarlo, para que no me olvide. Cobijado en la inmutable necesidad de su presencia, en la tibia apreciación de su idea y en el acariciante susurro de su aroma no consideré mayor placer, mayor gratitud ni mayor deuda que el de quedarme profundamente dormido, dormido como aquel que halla al mundo y no necesita verlo más, tan tranquilo, tan calmado que no supe cuando desperté, tan solo que lo hice…

Y todo era silencio, la conveniente lluvia había cesado. Yo aún tenia los ojos cerrados y temía abrirlos porque no escuchaba su canción, tuve miedo, tanto como se podría tener y tal vez más, me reincorporé… dudé porque no quise abrir mis ojos, no quise respirar, tan solo guarde un poco de aire para poder decir una ultima vez algo que nunca pensé, algo que fuera especial, pero en momentos como ese uno nunca puede precisar la perfección y solo dice aquello que siente y con esa promesa fue solo esto lo que pude confesar…

- "No sé en donde poner mis ojos si no es en tu cuerpo… y por eso no he de entender al mundo si no estas tú…"

Silencio… silencio de otoño fue lo que encontró mi voz, mis ojos aún cerrados percibieron al suave, cálido y dócil viento que de regreso traía mis palabras, una pequeña y seca hoja tardía rozó mis manos antes de hundirse, unas relegadas gotas de lluvia que irresonantes caían también me forzaban a moverme, a caminar, a seguir. Mas la ultima gota no cayó, se detuvo cortada por una fuerza que rompió el viento, que escapó de toda ironía y tocó grácilmente mi rostro. Finalmente con la sigilosa melodía de un susurro conocido escuché:

- "Tranquilo, abre los ojos…"



Nota a pie de página: Dentro de 3 semanas (8 de setiembre) cambiare la direccion de la pagina a la de solamenteacompañados.blogspot.com no lo olviden, espero que lo recuerden y no se confundan al ingresar (corrigiéndome otra vez)

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