< ¿Y entonces por qué lo haces? > Porque nada puede ser creado para mantenerse oculto, porque soy algo tonto, porque es mi naturaleza escribir así como querer que tú me escuches y aunque no puedas comprenderme de inmediato está bien. Todo sucede en su momento… aunque me sea difícil esperar…
“Siempre ha sido difícil sacarte a alguien de la cabeza, sobretodo si la ves todos los días… ¿me delatarán mis ojos?” Una sombra se mueve por todo el barandal y la columna de un quinto piso. No va ningún lado. No se debilita ni se ensancha. Permanece ahí. Se agita, se sacude, se revuelve y se conmueve no cambia de lugar, se queda. Como si esperara algo o a alguien, se estremece por momentos como si tuviera pensamientos que quisiera olvidar, como si imaginase mucho más de lo que en verdad podría pasar “son tantos días que aún estoy aquí, pero aún no estoy cansado…”
Uno sin duda espera a alguien, aunque esa chica no sepa que esta siendo esperada. No hay suerte ese día y ella no ha de aparecer. Uno lo comprende. Guarda sus cuadernos, sus trabajos, sus tareas y su tristeza en un morral que lleva acuestas mientras redime un optimismo sencillo y gastado en la otra mano. Uno camina y su sombra se alarga al pasar, pierde dirección y se escapa de su sola silueta. Uno baja las escaleras abstraído, atolondrado entre tanto pensamiento, una moneda cae de sus bolsillos pero parece no importarle “es solo una moneda” luego se cuestiona “quizá pueda servir para algo importante” regresa y no la encuentra en el suelo sino algo más arriba en la pequeña mano de una chica, una chica que uno conoce en muchos colores a pesar de que en ese momento tan solo la veía roja, roja y en silencio.
“Gracias, pensé que ya se lo habían llevado” ella demoró en contestar, quizá buscaba las palabras correctas quizá no, con esa duda uno la esperó //Quizá pueda servir para algo importante//. Uno sonrió “Creo que ya lo hizo, cuéntame ¿cómo haz estado?” ella sonrió y uno se sorprendió de que su color fuera aún más intenso “Nunca pensé encontrar una persona más tímida que yo” “Me gustaría conversar contigo” ella lo miró sin voltear por primera vez //Siempre parecen gustarte muchas cosas//. U
Uno caminó con ella hasta el final de la calle, hasta despedirse, uno viajo de regreso a casa escuchando la misma canción en el viaje, una y otra vez. Con una incontenible sonrisa.
La noche caía al fin, el viaje de uno había terminado y en el umbral de su puerta uno no pudo evadir el recostarse y pensar, pensar en ella, si podría cumplir su promesa, si volverían a verse. “Todo tiene un lugar y un momento preciso” se dijo “estaré pensando en tí”. Uno siempre ha pensado en tí...
* No te parece increíble que aunque parezca que escribo a miles de personas, solo lo hago para tí, que aunque todo un mundo lea esta historia sus letras tendrán más significado solo para tí. Porque están hechas para animarte, para sonrojarte. Creo que escribiré para tí hasta que se me agote la tinta de las manos.