Tenemos un cuarto, un claro oscuro, gritos que resuenan en
nuestra cabeza que no cesa de dar vueltas. La mirada vacía que se pinta de
negro desafía una locura poco entendida. El eco de las palabras mancha las
paredes de la habitación haciendo cada pequeño recuerdo placentero.
Bienvenida al nirvana, a mi estado de éxtasis, a tu liberación
total. El mundo es una vil patraña cuando tu cuerpo se viste solo de sudor. Lo
que somos no importa más que como nos unimos. Un completo extraño dentro de ti.
Palabras que carecen de sentido se acurrucan sobre mí intentando ser almas
gemelas. Mi incompleta inocencia se aclimata a tu calor.
Esencia de flores, estragos del alcohol, el resumen de todo
lo vivido atornillado a la punta de tu lengua no parece mi futuro. Un dolor
maquillado con rubor ¿Te sigues confundiendo? Jugando con la sublime paradoja
que es dejarse llevar… del ritmo, de la cascada, del ímpetu en tu juventud.
Sintiendo los instintos. Movimientos salvajes de la pasión. Mi
vida poseída por mis actos, por mis palabras, por mis manos. Hagamos un baile animal,
dancemos al compás de los latidos sin sentir remordimientos. Tenemos un tiempo
nuestro, un error de la realidad ¿Qué más vale si lo hacemos real?
Devoción, atracción por lo prohibido… condenándome la vida
sin objeción he tomado nuestros cuerpos y les he obsequiado nuevos límites. El espacio
es tolerante, pero nos encierra alrededor ¿Serás capaz de olvidarlo todo y
recordar sólo lo importante? Considerando que haya algo importante o algo que
olvidar.
Nota a pie de página: Return to innocence...