
Se acabaron mis vacaciones, nunca he tenido unas vacaciones más ocupadas, toda la noche fuera de casa, fuera de la cama. Bueno seamos sinceros lo prefiero así, es solo que los días se han ido volando y pareciera que termino con muy pocos o ninguno de los planes que tenia, concluidos. Vale, no es que tuviera muchos pero entre una cosa y otra no quedaba mucho tiempo para ellos.
Llegando de nuevo al dpa con un poco de resfrió y algunas ropas en la guitarra, trato de deshacerme de todas esas carpetas inútiles en mi Pc y hacerle algo de espacio al nuevo ciclo. Antes de eliminarlas les doy una mirada rápida por simple altruismo y para mi deleite distingo entre la multitud de condenados una pequeña carpeta que en su epitafio decía “Juegos para niños”. Abro el archivo con algo de nostalgia y me topo con aquellos juegos simples que no pesan más que un decente documento de Word. Me detengo en uno en particular: Ajedrez. Recuerdo que de niño nunca podía ganar, me aburría muy rápido pero ahora avizoro un momento de venganza, me digo: “Si puedo manejar y editar un blog, esto debe ser fácil…”
Comienza el juego, mis peones arremeten con furia, pero sus caballos los aplastan con garbo y arrogancia. En respuesta mis alfiles destajan con hidalguía a sus peones y logran derrumbar una torre. En un acto suicida sus propios alfiles se sacrifican para acabar con los míos y su reina sigilosa y traicionera escapa de la defensa de mis torres y arrincona al rey secundada por su último caballo. Mis peones se inmolan esperando un milagro pero con su líder arrinconado saben que la suerte esta echada. Termina el juego. Jaque mate. He perdido, maldición como pude perder otra vez. Claro, es cierto que no jugaba hace años y que estaba en difícil, pero creo que el ajedrez no es lo mío.
Tenía muchas dudas atiborrando mi cabeza mientras jugaba: Algunos días perdidos este mes, las nuevas clases en la noche, gente que no pude ver y gente que ahora veré menos, poner en Stand by una relación que me hubiera gustado continuar, retomar antiguas relaciones que ahora salen del Stand by. Como suele ser en cada cruce de caminos hay muchas dudas, expectativas e incertidumbre… pero son solo oportunidades. Dicen que las oportunidades llegan solo una vez. Mentira, cada escisión que enfrentemos implicará más de una oportunidad, más de una consecuencia, cada movimiento de ajedrez involucra una serie de posibilidades diversas, nada de lo que importa es fácil, es quimérico intentar ganar de una sola movida, es posible rehacer una jugada, pero es imposible recuperar una pieza perdida (bueno, casi siempre). Hay quienes se las arreglan muy bien en el juego ante la adversidad y el azar en contra, hay quienes luchan con miedo a la adversidad y suplicando al azar y hay quienes a puño cerrado se generar su propia adversidad y no creen para nada en el azar. Habemos quienes nos sentimos dueños del juego, habemos quienes nos sentidos alfiles, caballos, torres, reyes o reinas; habemos quienes nos sentimos peones y claro, también habemos quienes no nos sentimos ni siquiera dentro del tablero. La casualidad existe a medida de que nosotros creamos en ella, el destino existe a medida de que nosotros creamos en nosotros mismos. Una pequeña hoja de papel al cielo volará de acuerdo a como el viento la lleve, pero son sus formas y sus pliegues los determinaran cuantas vueltas va a dar y en que lugar del ancho mundo irá a caer.
En cuanto a las vueltas tengo la impresión de que voy girar más en este ciclo de lo que había pensado, si hablamos de en que lugar he de caer se los diré en cuanto empiece a ver tierra firme, estando ya cerca a los finales del segundo capitulo no sé si tengo más dudas que respuestas, me da pereza y algo de apatía contarlas, como yo lo veo y como suele escapársenos a veces, nada acaba para siempre, el termino de las cosas es solo el tímido comienzo del futuro, excusas para respirar más hondo y para saber que tanto hemos cambiado al final de una empresa. Tranquilo, que nada acabe en realidad no quiere decir que no tengas la oportunidad de cambiar, como ya lo habrás leído por ahí entenderás, al igual que yo, que al final de un mes y a comienzos de un nuevo ciclo… “Las cosas cambian, las cosas siempre cambian…”
Nota a pie de página 1: Comenzaré a buscar un nuevo día fijo para publicar los post en este ciclo.
Nota a pie de página 2: Feliz cumpleaños Gatito, ya te compensaré de alguna forma por no estar ahi.
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