Si te
acuerdas de mí
soy aquel
que ves sentado en el piso de la facultad
recostando
la espalda en la ventana.
Ahí estoy en
mi más pura esencia.
Empuñando un
lápiz,
sosteniendo
una hoja de papel.
Trabajándola
furiosamente.
Ése soy yo
dejando las horas de estudio pasar,
faltando a
clases,
llegando
tarde.
Ése soy yo
apoltronado
en el piso
como un
mendigo
sin
importarme que dirás,
sintiendo un
volcán en el pecho
y lava
bendita en las manos.
Ése soy yo
reuniendo
todas las pasiones del mundo en el diafragma.
Apunto de
reír,
a punto de
llorar,
derrapando
la epilepsia.
Ése soy yo
sin ganas de
escucharte,
sin siquiera
reconocer tu existencia.
Soy yo en el
limbo de mi olvido.
Batiendo
alas que no puedes ver.
Soy yo
dejándolo todo atrás.
Soy yo
siendo inmortal, creando calor.
Soy el sol,
las praderas, las montañas.
Soy el
hemisferio que no usas.
Soy yo
siendo barrido por la fiereza de mi hambriento corazón.
Ése que ves
ahí soy yo... el extraño.
A quién nunca
podrás entender.
No todos
pueden ser escogidos.
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