miércoles, 1 de julio de 2009

Escritos de Viento Nº 1: TARDES COMPARTIDAS (post-4)

Intrincado ya es para mí sortear la sugestionada imprecisión de mis palabras y convencerme de que como siempre no voy a fallar, que si de algo estoy convencido es que en estos menesteres no puedo fallar. Pero aún así me arrincona la duda porque en más que otros escritos no quiero equivocarme en éste.



El azar siempre ha sido caprichoso conmigo (receloso) muy pocas veces me ha dado licencia para actuar a plena voluntad e indulgencia para descubrir ante mis intermitentes pasos alguien que me pueda cautivar, que pueda embelezar mis sentidos y frente a todo pronóstico atrape y enlace mis crónicas futuras. Como artista soy amante de la belleza pura, como artista soy admirador de un alma sincera, como artista soy esclavo de mis ángeles… un siervo de su luz… un retratista de su estela.

Lo bello, lo único, lo original, aquello que me mueva, que me cambie, una sola mujer no ha iluminado estas líneas (no he de mentir) porque como el viento ellas son tan similares a mis ojos y tan diferentes en mi piel que seria injusto afirmar que solo una ha robado mis altares y aunque quizá ellas digan que apreciaron mi compañía la verdad es que más gustoso estuve yo de verlas tan cerca.

De conocerlas, de tenerlas… tenerlas en una tarde compartida, en una noche ligera; acompañando su andar a un lado del camino, escribiendo mis certezas cobijado en su sombra, desarmando nuestro titubear en el precipicio de un abrazo, confesando mis ideas tras una mesa de madera. Especial, quiero que me entiendan, la tinta que destilaron para mi… siempre fue (es) especial.



Ojala estas palabras lleguen algún día a sus oídos, ojala abarquen sus labios. No confió en muchas cosas de la vida, mas aún confió en el viento y en su suave brisa que si desea sabrá llevar mis anhelos de regreso a la fuente de mis tiempos, de mis versos; mi Grecia antigua, mis diosas y mis musas.

El azar como dije antes no suele darme tregua, aún no se amista conmigo por cosas que dije y no hice (hace mucho ya de eso) así que no sé cuanto tiempo tarde en compartir nuevamente, en eclipsarme otra vez, pero él conversa conmigo y me hace entender cuando es momento de volver… una vez al cielo y diez más en tierra (fue una promesa) recuerdo que alguna vez me preguntó:
- ¿Lo vale? – Y yo le respondí
– tan solo un ángel, por una vez en mi vida… es más de lo que podría desear…



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