jueves, 4 de febrero de 2010

Escritos de Viento Nº 4: NUEVAS INQUIETUDES (post –25)

(NEW YEAR EVE)

Siempre he escuchado que en la vida muchas de las cosas son impredecibles, también yo lo he creído en muchas ocasiones. Pero tengo mala memoria, asi que eso me permite escaparme muchas veces de mis propias fijaciones y de dar las cosas por sentado. Días como hoy mi falla de recuerdos hace que me sienta más ligero.

Como no soy el único con esa “peculiaridad” (no creo serlo) tampoco soy el único que sabe que eso no sucede todos los días, muchos de nosotros caminamos por ahí reavivando recuerdos, contemplando la película de nuestra propia vida mientras doblamos la esquina pero asi como nos gusta remembrar nuestras historias, también nos gusta hallar las nuevas, nos agrada reconocer nuevas inquietudes y no importa si creamos o no que la vida es impredecible, que esconde la mano, aún asi vamos buscando aquellas señales que son importantes, aquellas que nos mejoran el ánimo porque en verdad hay días en las que estas llegan y nos sentimos con la confianza suficiente como para tentar el futuro y nos preguntamos ¿Que pasará? ¿Qué sería si? -- ¿Podría hoy seguir siendo un buen día? ¿Será que ahora si lo conseguiré? ¿Tengo que acercarme más? ¿Querrá salir conmigo? – hay llamadas, hay sonrisas, hay canciones, hay personas, hay saludos, hay abrazos, hay regalos, hay besos, hay palabras, hay silencios, hay momentos, hay sentimientos. Hay todo lo que se me pueda ocurrir, hay todo lo que olvido y/o desconozco. Hay más de lo que podría escribir, tanto que puede ser importante, tanto que puede cambiar mi vida tan solo necesitamos buscarlo.

El día antes de año nuevo esperaba algunas señales, algunas nuevas inquietudes. Salí a caminar por la ciudad y encontré nuevas historias, nuevas melodías, nuevas ganas de hacer todo lo que me gusta y mejorarlo, me reencontré con una gran amiga que no veía hace mucho tiempo y me pregunté si volveríamos a vernos (todavía tengo esa pregunta al aire) la reunión de amigos que tengo todos los años se canceló a último minuto dejándome sin mucho por hacer después de las 12. Me despedí de ellos. Quedamos en hacerlo otro día pero aún no ha ocurrido. Celebré con mi familia el año nuevo, tomamos champagne y pedimos un deseo por cada uva, inexplicablemente llegue a utilizar todos mis deseos algo que nunca había pasado. Supongo que ahora conozco a más personas y he pasado por más situación que antes. Después de gastar algo de crédito en mi celular en unos cuantos mensajes me recosté en mi viejo sillón a ver una vieja película hasta que me quedará dormido. No intentaré decir que fue fácil dormir, que todas las señales en ese día fueron gratas o si las conté todas, a veces las personas pueden entristecerse tanto con una mala noticia, enojarse tanto con un mal día que olvidan que son solo días y solo noticias. Mientras recordaba todo el día echado en aquel sillón no podía evitar sonreír. Sonreír de alegría, de nostalgia, de gusto, de tristeza puede parecer muy loco o muy extraño (y vaya que me lo han dicho) pero para alguien tan inusitado y orgulloso como yo no hay merito en alegrarse solo de las cosas buenas es una reacción obvia y normal, mas poder sonreír ante lo malo, ante un obstáculo, ante un problema, o un mal día creo que hace diferentes todas las cosas. La nueva inquietud de seguir viviendo.

1 de Enero del 2010, un joven aparentemente como cualquiera duerme en su cama con una almohada en la cabeza que impide que el destello del sol, que se fortalece en su ventana, llegue a sus ojos y colabore enormemente con su amargo despertar. Apunto de ser las 10 a.m. Abre los ojos y a regañadientes protesta “… Es muy temprano para nuevas inquietudes…” luego relaja los hombros, agacha la cabeza y no puede evitar el sonreír.

Nota a pie de página 1: Si me he demorado mucho para este post es que estaba algo emfeimito.

Nota a pie de página 2: El proximo post es para cumplir una promesa que hace mucho tiempo hice a una vieja amiga.


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